Manejo del bioplasma


A pesar de los distintos instrumentos que a lo largo de los últimos doscientos años se han desarrollado para medir, detectar o manejar la energía en torno al cuerpo, biocampo o bioplasma, todavía no se ha encontrado un método totalmente fiable y objetivo. El ser humano tiene capacidad innata para detectar y manejar estas energías, y aunque parezca muy subjetivo, con el entrenamiento adecuado se pueden obtener resultados coincidentes entre distintos sujetos. Indicaremos a continuación distintas técnicas para visualización y manejos de la energía que irradia el cuerpo, como los pases magnéticos derivados de Mesmer.

Para percibir la energía del biopasma basta con poner las palmas de las manos una frente a otra sin tocarse, a unos dos o tres centímetros de separación, moviéndola ligeramente, hacia delante y hacia atrás; al poco tiempo se tendrá la sensación de que entre ambas manos se tiene algo denso. Apoyando las palmas de las manos sobre una superficie lisa y poniendo dedos frente a dedos, con unos dos centímetros de separación, se notara que algo fluye entre ambos; cruzar las piernas y tratar de apreciar la diferencia de sensaciones. Esta es la energía que mueve los rotores tipo: Ripoff, Pavlita, KrmssKi, Egely, etc…

Para renovar la energía del bioplasma, situarse en el suelo con la cabeza al Norte y los pies al Sur, respirar lentamente y al poco se notará un hormigueo sutil que se irá incrementando; permanecer unos minutos en esa posición. Para descargarse de energía cuando se está sobresaturado o porque se ha absorbido energías negativas del entorno o de otra persona, se puede realizar poniendo las manos durante unos minutos bajo el chorro de agua fría circulando; también es posible descargarse tocando una tubería o cable conectado a tierra, o apoyando la espalda en el tronco de un árbol.  Es típica la sacudida enérgica de ambas manos en dirección al suelo. Los cuarzos también ayudan a equilibrar la energía del bioplasma, sosteniéndolo entre las dos manos a la altura del pecho y respirando lentamente. Otros elementos como las pirámides o los acumuladores orgónicos también producen un aumento en la energía interna y por lo tanto en el campo externo. La respiración consciente en lugares no contaminados químicamente ni electromagnéticamente es un modo muy eficaz de recargarse energéticamente.

Se suele percibir el bioplasma con una sensación de leve hormigueo, más un cierto frescor o calor, si se está recibiendo o emitiendo respectivamente, en el caso del sujeto pasivo las sensaciones son contrarias. Para hacer un diagnóstico de las zonas afectadas por un trastorno o dolencia se puede emplear el código de polaridad, de tal modo que si al pasar por una zona del cuerpo el operador nota sensación de calor es que el sujeto a tratar necesita en dicha zona un aporte, mientras que si se nota la sensación de frio es que está emitiendo por un exceso.

Los pases magnéticos fueron muy conocidos durante el siglo XVIII y principios del XIX, aunque cayeron en desuso, poco a poco se están recuperando. Básicamente consisten en pasar las manos por la parte de la palma a unos pocos centímetros del cuerpo, desde la parte superior a la inferior. Un modo clásico con la punta de los dedos a una cierta distancia de la piel, es el de ir desplazando las manos a lo largo de la parte trasera de la persona desde la cabeza hasta los pies muy lentamente, se debe repetir hasta que quien recibe el tratamiento note una sensación de hormigueo que le recorre el cuerpo, siendo más intensa en los pies. En el memerismo clásico se practicaba la catalepsia de un miembro del cuerpo a base pasar las manos por encima de la zona en cuestión.  La polaridad en este tipo de pases es muy importante, si se trata de adormecer o de aliviar el dolor del brazo derecho, pongamos por ejemplo, se utilizará por parte del terapeuta la mano izquierda. Para cuestiones de inflamación o dolor por golpes se empleará la mano derecha, mientras que para otro tipo de dolencias que requieran aporte de energía el izquierdo.


También se puede transferir energía por contacto, se puede poner la palma de la mano izquierda en la frente y la derecha en la parte trasera de la cabeza de la persona a tratar. Imaginarse que fluye la energía de una mano a otra tras recorrer todo el cuerpo de la persona a tratar. Se puede utilizar la visualización de colores para esta energía, rojo para infecciones e inflamaciones, el amarillo para las fiebres, y el azul para relajar y calmar dolores. Es típico la transmisión de energía a otra persona a través de las palmas de las manos, poniendo la palma de la mano izquierda encima de la derecha  del receptor y la derecha encima de su izquierda, dejando actuar durante un tiempo mientras se tiene la sensación de hormigueo. Para cargar un objeto energéticamente, basta con sostenerlo con la mano izquierda y respirar lentamente hasta que se tenga la sensación de hormigueo. En todas estas técnicas el imaginar los flujos de energía con colores o como fluidos resulta muy útil y facilita el proceso.

Hemos descrito algunas de las técnicas básicas del manejo de la energía del bioplasma, hay muchas variaciones y aplicaciones distintas, pero todas ellas se fundamentan en las que se han descrito.